El tamaño de mi NO, es directamente proporcional al del yugo con el que intentas someterme.
La palabra primera que aprendió a decir mi hijo no fue ni papá, ni mama, ni agua. Fue NO.
Ahora entiendo que, entre otras muchísimas cosas, vino a este mundo a enseñarme a hablar de nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario