Todo el manantial de los versos
que cada noche nos nace, de piel a piel,
se queda en un espacio indeterminado.
Todas esas palabras impregnadas de nuestra esencia,
¿Dónde estarán ahora?
Son viajeras partículas mágicas en suspensión
y allí dónde se derraman se genera una pequeña obra de arte.
Llena de amor y de ternura.
Según nos nacen dejan de pertenecernos.
Y así, a cada instante, juntos estamos, recreándolas.
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