Claro que tengo muchas preguntas.
Sólo que éstas adquieren un cariz infinitesimal,
cada vez que me rodeas con tus brazos y me colmas de besos.
Redondeo por exceso y me anclo a ti, firmemente, con mis piernas.
Y así es que construyes constelaciones de poemas,
en la calma de mi refugio,
que al viento muevan.
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