martes, 5 de mayo de 2015

Desde el profundo alféizar (XII+I)

Me pasa que tengo al sereno de la cursilería ahí vigilando y me está llamando al orden…

Prefiero usar mis dedos en trazar el rotundo ángulo de tu rostro. Y mirarte así, muy de cerca, que es cuando eres más hermoso.
Me gusta ser así, contigo. 
Y con mi respiración cambiada y sorprendiéndome con cada cosa que hago. Ya no me reconozco. Y está bien que así sea. Todo es así, mejor, nuevo, contigo. 
Y si lloro no es por pena, ni por dolor…es por la belleza de sentirte, de abrirme a ti y tú a mí. De amarte.

En este tiempo pasado me sentía sola: no era real.

Siempre has estado de alguna u otra forma conmigo. Lo notaba. Lo sentía, pero mi parte racional se negaba a aceptar lo evidente.

Nadie está solo. Somos muchos dispuestos a ayudarnos y a cambiar.


A veces, sólo hay que pedir las cosas. Desde lo más profundo del corazón. Y todo llega.

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