Tu mides tu tiempo con tu reloj de pulsera.
Algunos, con reloj de arena.
Et moi, avec des trains
domingo, 31 de mayo de 2015
Train à la ligne (II)
Con suma delicadeza depositas todo tu amor en cada secreto de mi piel.
Y me entrego muy despacito a ti.
Y eres tan dulce. Tan delicioso
Y me entrego muy despacito a ti.
Y eres tan dulce. Tan delicioso
Train à la ligne (I)
Entras en mi y cada posibilidad generadora se incrementa y renueva.
A veces, en la sutileza de la más diminuta flor.
Sentir ser cada ser.
De ti en mi.
De mi en ti.
No existen límites.
Sólo un fugaz pensamiento de dulces contornos.
A veces, en la sutileza de la más diminuta flor.
Sentir ser cada ser.
De ti en mi.
De mi en ti.
No existen límites.
Sólo un fugaz pensamiento de dulces contornos.
viernes, 29 de mayo de 2015
Todo el manantial de los versos
que cada noche nos nace, de piel a piel,
se queda en un espacio indeterminado.
Todas esas palabras impregnadas de nuestra esencia,
¿Dónde estarán ahora?
Son viajeras partículas mágicas en suspensión
y allí dónde se derraman se genera una pequeña obra de arte.
Llena de amor y de ternura.
Según nos nacen dejan de pertenecernos.
Y así, a cada instante, juntos estamos, recreándolas.
que cada noche nos nace, de piel a piel,
se queda en un espacio indeterminado.
Todas esas palabras impregnadas de nuestra esencia,
¿Dónde estarán ahora?
Son viajeras partículas mágicas en suspensión
y allí dónde se derraman se genera una pequeña obra de arte.
Llena de amor y de ternura.
Según nos nacen dejan de pertenecernos.
Y así, a cada instante, juntos estamos, recreándolas.
El Vámpiro
Era un anochecer, de extremada pelona, rondando el bajo cero.
Su mujer, le tenía harto. Él había referido que su trato con ella era a base de insultos. Incluso de palos.
Ellos, estaban al resguardo de una manta mulera, en la reja de la baja ventana.
Una Dentro. Otro Fuera. En el cielo de la bóveda de tan fijo ropaje.
La noche llegó. Y Él, decidió poner fin a sus días. Se abrigó con su negra capa. Y sin vacilación alguna, se arrojó por el balcón, a un profundo abismo de metro y medio, en pendiente descendiente a la cavilla del pueblo.
Los enamorados oyeron el estruendo. Y los a y es. No fueron los únicos. Pero si los más próximos.
Fuera, salió de su amoroso refugio no sin cierta pena y al punto con cierta risa, al ver al vejado vecino echo un revoltijo de capa y mugre.
Él era un hombre común. Más desde entonces pasó a ser el Vámpiro. Así como todos sus descendientes. Los hijos del Vámpiro.
Si, en manera esdrújula.
Su mujer, le tenía harto. Él había referido que su trato con ella era a base de insultos. Incluso de palos.
Ellos, estaban al resguardo de una manta mulera, en la reja de la baja ventana.
Una Dentro. Otro Fuera. En el cielo de la bóveda de tan fijo ropaje.
La noche llegó. Y Él, decidió poner fin a sus días. Se abrigó con su negra capa. Y sin vacilación alguna, se arrojó por el balcón, a un profundo abismo de metro y medio, en pendiente descendiente a la cavilla del pueblo.
Los enamorados oyeron el estruendo. Y los a y es. No fueron los únicos. Pero si los más próximos.
Fuera, salió de su amoroso refugio no sin cierta pena y al punto con cierta risa, al ver al vejado vecino echo un revoltijo de capa y mugre.
Él era un hombre común. Más desde entonces pasó a ser el Vámpiro. Así como todos sus descendientes. Los hijos del Vámpiro.
Si, en manera esdrújula.
Despacio
Paseos de largos atardeceres,
en lento caminar.
Tu luz silueteando
algodonosas nubes,
en las que descansar el alma.
Es el único momento
en que sobran las palabras.
Sólo la suavidad de las manos,
el roce del vuelo, de
mi falda.
Y la amplitud de las sonrisas,
que se extienden y contagian.
jueves, 28 de mayo de 2015
Desde el profundo alféizar
Recortes ficticios del horizonte de mi alféizar.
Difícil es aceptar que no todo eso que ves ahí fuera,
son aspectos y posibilidades de ser.
Lo de ser invisible tiene sus ventajas.
Pero también requiere de sacrificios.
Tienes que renunciar a mirarte en los espejos.
Nadie echó de menos
Decía el maestro Alejandro de la Sota (en relación a uno de sus proyectos) que nadie echó de menos la arquitectura que no tenía. Se refería a la supuesta arquitectura con mayúsculas.
También le gustaba mucho la metáfora del mago:
Nada por aquí, nada por allá.
Encuentro un verdadero placer en los encuentros que se producen en total desnudez.
Ahí es dónde se encuentra el resplandor de la verdad.
Lo demás es pan y circo para el pueblo.
También le gustaba mucho la metáfora del mago:
Nada por aquí, nada por allá.
Encuentro un verdadero placer en los encuentros que se producen en total desnudez.
Ahí es dónde se encuentra el resplandor de la verdad.
Lo demás es pan y circo para el pueblo.
miércoles, 27 de mayo de 2015
Arcos de Descarga
Los labios entreabiertos en el dibujo del arco ingrávido de tus pies.
Sostén son de la más perfecta geografía de los besos.
Seda de la mañana en la que alborotar mi pelo.
Perfecta referencia, para explorarte en ascendente sentido.
Sostén son de la más perfecta geografía de los besos.
Seda de la mañana en la que alborotar mi pelo.
Perfecta referencia, para explorarte en ascendente sentido.
martes, 26 de mayo de 2015
Ciudades Imaginarias
Es extraña la erótica del pincel.
Por él, te deslizas en mi cada mañana.
Insinuante, muy cerquita de mi rostro.
Curva de bien contento, yendo así, flotandillo.
No importa a qué lugar, que ya lo inventaremos.
Así, intensamente, piel a piel. Beso a beso.
lunes, 25 de mayo de 2015
AmA
Señor de los mares:
Con un suave movimiento,
un siempre nuevo vaivén,
modificas todas mis superficies,
que complementan a la perfección las tuyas.
Gigantes columnas de basalto
sostienen orbes flamígeros.
Así es el lugar donde habitamos.
Su horizonte no tiene dimensiones.
Y las notas aéreas se mezclan con especiados aromas.
Señor de los mares:
Me acerco a ti con sigilo y te observo mientras trabajas.
Haces como si no supieses que estoy.
Fluye el oro en la tinta negra con la que pintas cada palabra.
Cada palabra que regalas al mundo.
Y sonríes.
Y te expandes.
domingo, 24 de mayo de 2015
Sunday
Y si despierto en la madrugada
arropas mi desnudez
con la extremada suavidad de tu túnica de besos.
Y me alojas en tu cuerpo.
Y recibimos el sol que nace.
Su luz nos acaricia y nos hace más hermosos.
Tú y yo. Muy hondo. Muy adentro.
arropas mi desnudez
con la extremada suavidad de tu túnica de besos.
Y me alojas en tu cuerpo.
Y recibimos el sol que nace.
Su luz nos acaricia y nos hace más hermosos.
Tú y yo. Muy hondo. Muy adentro.
jueves, 21 de mayo de 2015
BG ene
Claro que tengo muchas preguntas.
Sólo que éstas adquieren un cariz infinitesimal,
cada vez que me rodeas con tus brazos y me colmas de besos.
Redondeo por exceso y me anclo a ti, firmemente, con mis piernas.
Y así es que construyes constelaciones de poemas,
en la calma de mi refugio,
que al viento muevan.
Sólo que éstas adquieren un cariz infinitesimal,
cada vez que me rodeas con tus brazos y me colmas de besos.
Redondeo por exceso y me anclo a ti, firmemente, con mis piernas.
Y así es que construyes constelaciones de poemas,
en la calma de mi refugio,
que al viento muevan.
Fui cocinero antes que fraile
Cada vez aborrezco más las imposturas del cuerpo, de la voz, del obsceno escaparate.
Ese fugaz titubeo en el mirar. Esa voz que se tensa, despojándose por un segundo de su carcasa auto impuesta. Indicios.
Sabes con quién estás. Indicios que aparecen cuando has dejado de dejarte llevar y sin menos y sin más, te guías tú.
Las palabras dicen "te quiero mucho" mientras resuenan en los tímpanos como puñalitos.
Y una se queda pensando, ¿puedo mandar al carajo a este ser sin pruebas fehacientes?. Pues claro: palmadita en la espalda y a otra cosa, lepidóptera.
Ese fugaz titubeo en el mirar. Esa voz que se tensa, despojándose por un segundo de su carcasa auto impuesta. Indicios.
Sabes con quién estás. Indicios que aparecen cuando has dejado de dejarte llevar y sin menos y sin más, te guías tú.
Las palabras dicen "te quiero mucho" mientras resuenan en los tímpanos como puñalitos.
Y una se queda pensando, ¿puedo mandar al carajo a este ser sin pruebas fehacientes?. Pues claro: palmadita en la espalda y a otra cosa, lepidóptera.
miércoles, 20 de mayo de 2015
Cosas
Desde el mismo origen somos contadores de historias.
Y es así que se estableció la costumbre de poner un orden determinado al narrar. Siendo éste de una manera más o menos continua.
A veces, mezclando varias líneas espacio temporales, que en avance y retroceso relativos, se entremezclan en una maraña hasta llegar a un desenlace.
Entras en la edad adulta cuando entiendes el tiempo ligado a un espacio (o como aspectos de una misma cosa) y estás desarrollando un pensamiento o una serie de canales lineales más o menos preconcebidos por otros. A eso se le llama aprendizaje. Vaya.
En atención a la excepción que confirma la regla siempre están y estarán los niños. Los verdaderos maestros.
Decía Paula esta tarde que la primera vez que un niño sonríe nace a la vida. Es una bonita manera de interpretar.
Me quedé con sus palabras: ingrávidas, flotantes.
Y me decía, cada vez que nos nacen una sonrisa, volvemos a ese niño eterno que somos. Uno no se ve la sonrisa. La siente en el alma y se hace eco. Se extiende así como a modo de aspersión. Y esas diminutas chispitas de risa son muy contagiosas. Otras veces, la risa, se estira y se expande como una onda de amplitud creciente. A veces, provocando agujetas en las costillas y riesgo de parada cardio respiratoria.
Cuenta Marcos que él está de manera aérea en los lugares que quiere estar, aunque no se le vea.
Es bien sencillo de entender, ¿no?.
Seguro que los mayores lo entienden, ¿verdad?
¿Sabes?
Cada vez que en intimidad, tu luz se funde con mi luz, vibrando al unísono, nace un pequeño planeta.
Precioso. Y perfecto.
Y es así que se estableció la costumbre de poner un orden determinado al narrar. Siendo éste de una manera más o menos continua.
A veces, mezclando varias líneas espacio temporales, que en avance y retroceso relativos, se entremezclan en una maraña hasta llegar a un desenlace.
Entras en la edad adulta cuando entiendes el tiempo ligado a un espacio (o como aspectos de una misma cosa) y estás desarrollando un pensamiento o una serie de canales lineales más o menos preconcebidos por otros. A eso se le llama aprendizaje. Vaya.
En atención a la excepción que confirma la regla siempre están y estarán los niños. Los verdaderos maestros.
Decía Paula esta tarde que la primera vez que un niño sonríe nace a la vida. Es una bonita manera de interpretar.
Me quedé con sus palabras: ingrávidas, flotantes.
Y me decía, cada vez que nos nacen una sonrisa, volvemos a ese niño eterno que somos. Uno no se ve la sonrisa. La siente en el alma y se hace eco. Se extiende así como a modo de aspersión. Y esas diminutas chispitas de risa son muy contagiosas. Otras veces, la risa, se estira y se expande como una onda de amplitud creciente. A veces, provocando agujetas en las costillas y riesgo de parada cardio respiratoria.
Cuenta Marcos que él está de manera aérea en los lugares que quiere estar, aunque no se le vea.
Es bien sencillo de entender, ¿no?.
Seguro que los mayores lo entienden, ¿verdad?
¿Sabes?
Cada vez que en intimidad, tu luz se funde con mi luz, vibrando al unísono, nace un pequeño planeta.
Precioso. Y perfecto.
Vienes despacio, tenue, sutil.
Y a tu contacto, se tensa suavemente todo mi ser.
Esos silencios de los labios entreabiertos,
que recorren cada latir del corazón.
Vienes despacio, en deliciosa travesía,
Nada es distinto de tu piel, o la mía.
Vienes despacio, y te adoro
El simple roce de tu índice en mi mano
crea un amplificado universo de belleza.
Y a tu contacto, se tensa suavemente todo mi ser.
Esos silencios de los labios entreabiertos,
que recorren cada latir del corazón.
Vienes despacio, en deliciosa travesía,
Nada es distinto de tu piel, o la mía.
Vienes despacio, y te adoro
El simple roce de tu índice en mi mano
crea un amplificado universo de belleza.
lunes, 18 de mayo de 2015
Sentada en la profundidad del alféizar de aquella ventana abierta, supe, sin llegar a comprender, que se podía escapar de la hostilidad. En un simple gesto de apertura de horizontes.
Allí, con la espalda apoyada en una de sus jambas y los pies en la otra, encontré mi refugio.
Y la fealdad de lo cotidiano se diluía en los fragmentados tejados y en el esplendor del cielo que olía a heno y a ozono.
Ahí es dónde te encontré. En los libros de aventuras que tenía entre mis manos. En todo ese mundo de seres fantásticos que inventas a cada instante para mi.
Desde entonces, aunque a veces pensamos que estamos solos, vamos juntos. Con los dedos siempre entrelazados.
Allí, con la espalda apoyada en una de sus jambas y los pies en la otra, encontré mi refugio.
Y la fealdad de lo cotidiano se diluía en los fragmentados tejados y en el esplendor del cielo que olía a heno y a ozono.
Ahí es dónde te encontré. En los libros de aventuras que tenía entre mis manos. En todo ese mundo de seres fantásticos que inventas a cada instante para mi.
Desde entonces, aunque a veces pensamos que estamos solos, vamos juntos. Con los dedos siempre entrelazados.
domingo, 17 de mayo de 2015
El alféizar
En la soledad de este lugar que no aprecio,
Echando en falta la presencia de mi hijo
Aquí, contigo.
Me despido con
suavidad de este tiempo y este espacio,
Con la certeza que es lo tengo que hacer para ser mejor
Agradeciéndote tu fuerza y empuje,
Por volverme a mi naturaleza.
Sabiendo el duro trabajo que queda por delante
Y con la calma y presencia necesarias para desarrollarlo.
Cambiaremos todo poco a poco.
A veces, serán muchas cosas a la vez.
No puedo permitirme más lágrimas.
Necesitamos la fuerza, ambos.
Nunca proferí un adiós porque no sentía despedirme.
Ahora es el momento.
Siempre me sentí sola. Extraña. Ajena a lo que me rodeaba.
Nunca me interesó demasiado el mundo exterior, al menos, en
la manera que los demás veían las cosas.
Quienes me conocían, o estaban habituados a relacionarse
conmigo, ya sabían que estaba pero no estaba. Así es como era.
A veces, echaba de menos la complicidad de los demás. Sus
cosas cotidianas. No sé. Esos besos que nadie nos daba. O esos abrazos.
Y pedí con todo mi ser como los demás.
Más nunca debí hacerlo: fue el camino y la manera en que lo abandoné. Y me perdí por senderos que nunca debí pisar.
Con tu amor me has vuelto a él. Y esas lágrimas que
discurren por las mejillas son sólo los restos del ego, que se resiste a
desaparecer del todo.
Hace unas semanas estaba leyendo un libro. Había un
fragmento que relataba algo sobre un profeta. Decía que en su juventud era
inteligente, pero perezoso hasta la estupidez. Creo que de inmediato me sentí
identificada con su pereza. Y con la estupidez de no ser capaz de llevar con
rapidez y en el momento justo las cosas a la práctica.
De nada sirve el saber que no se lleva a la acción.
Y tu cuerpo te avisa, aunque puedes pensar que son casualidades.
Esas tremendas caídas.
Dices adioses pero nunca empiezas de cero. Más bien de uno.
Puedes pegar un corte a tu pasado (también de mangas) para sí quedarte en el
justo momento en que quieres reengancharte para crecer.
Esta vez, si con raíces. Raíces cosquilleantes, en los pies.
Y móviles.
C’est plus que parfait!
Bon Giorno
El sueño de la noche viene a llevarme,
Y me despiertas con tus besos.
Comienza la danza de los cuerpos,
ingrávido manantial de dulzura.
Y la sed no se apaga,
sólo dentro de ti se calma.
Y me despiertas con tus besos.
Comienza la danza de los cuerpos,
ingrávido manantial de dulzura.
Y la sed no se apaga,
sólo dentro de ti se calma.
Desde el profundo alfeízar
Curiosa escuela terráquea.
Se definen conceptos como límites en lugar de guías firmes.
Y así, el acto creativo, se convierte en replicante de lo mismo.
Quitar los pedazos de arcilla que cubren la carne.
Tallar a fondo, hasta quedar desnudo.
Sentirte, así, en gracia, en lo que eres.
Construir cosas que se saben, sin pensar muy bien por qué. De manera sorprendente.
Ser sólo un medio, que lo posibilita.
Todo está inconcluso. Moldeable. En deliciosa fluidez.
En lo que se hace.
En lo que se ve.
En lo que se siente.
En lo que se resuena.
En amor.
Se definen conceptos como límites en lugar de guías firmes.
Y así, el acto creativo, se convierte en replicante de lo mismo.
Quitar los pedazos de arcilla que cubren la carne.
Tallar a fondo, hasta quedar desnudo.
Sentirte, así, en gracia, en lo que eres.
Construir cosas que se saben, sin pensar muy bien por qué. De manera sorprendente.
Ser sólo un medio, que lo posibilita.
Todo está inconcluso. Moldeable. En deliciosa fluidez.
En lo que se hace.
En lo que se ve.
En lo que se siente.
En lo que se resuena.
En amor.
sábado, 16 de mayo de 2015
En la noche.
Despertar en un ritual de piel a piel,
Manantial de luz de alba
En cada instante de ti en mi,
De mi en ti
Descubriendo la geografía de los cuerpos,
En la suavidad de las almas que se funden.
Cada latido una respuesta,
Siempre distinta.
Recibir el pleno día
En anhelo
A cada segundo
De espacios en el blanco
Estela de la mañana
Manantial de luz de alba
En cada instante de ti en mi,
De mi en ti
Descubriendo la geografía de los cuerpos,
En la suavidad de las almas que se funden.
Cada latido una respuesta,
Siempre distinta.
Recibir el pleno día
En anhelo
A cada segundo
De espacios en el blanco
Estela de la mañana
jueves, 14 de mayo de 2015
BG (XI)
Te escucho, si, atentamente
Suave caricia que despoja las prisas
Te escucho en la ondulación que recorre mi cuerpo
y se expande en mi vientre.
Me pierdo en tu delicada complejidad
¿Qué es de un cuerpo sin su ánima?
¿Acaso no es sino una casa deshabitada sin su hogar?
¿Para que sirven las manos si tú no estás en las mías?
Que no te quiero en proporción áurea
Te amo en divina medida.
miércoles, 13 de mayo de 2015
Nos quejamos de un mundo.
Y no queremos cambiar. Ni queremos cambiarlo.
No es necesario plantearse grandes retos.
El vivir cada instante tomando conciencia de las cosas es otorgarte la oportunidad de ser mejor.
Cambiar lo cotidiano ya es tarea para toda una vida.
Aspiro, de mayor, a ser muy pequeña. Tan pequeña que no se aprecie de mi ningún rasgo distinto de la nada. Y dejar este espacio y este tiempo que desaparece a cada instante en un perfecto equilibrio.
Y marchar en silencio. Con suavidad.
Y no queremos cambiar. Ni queremos cambiarlo.
No es necesario plantearse grandes retos.
El vivir cada instante tomando conciencia de las cosas es otorgarte la oportunidad de ser mejor.
Cambiar lo cotidiano ya es tarea para toda una vida.
Aspiro, de mayor, a ser muy pequeña. Tan pequeña que no se aprecie de mi ningún rasgo distinto de la nada. Y dejar este espacio y este tiempo que desaparece a cada instante en un perfecto equilibrio.
Y marchar en silencio. Con suavidad.
Allá dónde está se aumenta
Y se crece.
En esos ojos que devuelven la belleza
de mil destellos de sol.
En esa sonrisa que de puntillas se te aproxima,
así, de manera improvisada
y te regala un beso.
Entonces, te sorprendes convirtiéndote en un tamtan.
Es extremadamente generoso.
Y lo es sin medida.
Sólo necesita que le seas fiel.
Y lo expandas.
Y lo agrandes.
A cada instante.
Sólo somos su canal.
Y también, su cobijo.
Nada más.
Y se crece.
En esos ojos que devuelven la belleza
de mil destellos de sol.
En esa sonrisa que de puntillas se te aproxima,
así, de manera improvisada
y te regala un beso.
Entonces, te sorprendes convirtiéndote en un tamtan.
Es extremadamente generoso.
Y lo es sin medida.
Sólo necesita que le seas fiel.
Y lo expandas.
Y lo agrandes.
A cada instante.
Sólo somos su canal.
Y también, su cobijo.
Nada más.
martes, 12 de mayo de 2015
lunes, 11 de mayo de 2015
La profesora de francés trajo un día un bonito puzzle de Notre Dame de Paris.
No era muy grande, pero estuvimos toda una tarde tarde construyéndolo. Cuando lo terminamos, nos dimos cuenta que faltaban dos piezas. y por más que buscamos por todas partes no aparecieron.
Nos quedamos un poco desoladas: así no iba a ser lo mismo. Lo queríamos enmarcar.
Yo me ofrecía a hacer las piezas. Y así fue. Las construí a ojo.
Quedaron perfectas. Nunca nadie notó la diferencia. A veces, mis compañeras las buscaban.
Yo las veía siempre a la primera: claro, las había hecho yo.
Eran otros tiempos.
En el que crecían todas las primaveras estas flores. Sigo sin saber como se llaman. Pero tienen un fruto en forma de pequeño pan.
Nos los comíamos. Y estaban buenos.
Toda una vida para volver a encontrar el espíritu. Ese que te anima a no ser más que tú. y no querer parecerte a nadie.
Menos aún de mayor.
Merece la pena. Hay muchos puzzles que componer.
No era muy grande, pero estuvimos toda una tarde tarde construyéndolo. Cuando lo terminamos, nos dimos cuenta que faltaban dos piezas. y por más que buscamos por todas partes no aparecieron.
Nos quedamos un poco desoladas: así no iba a ser lo mismo. Lo queríamos enmarcar.
Yo me ofrecía a hacer las piezas. Y así fue. Las construí a ojo.
Quedaron perfectas. Nunca nadie notó la diferencia. A veces, mis compañeras las buscaban.
Yo las veía siempre a la primera: claro, las había hecho yo.
Eran otros tiempos.
En el que crecían todas las primaveras estas flores. Sigo sin saber como se llaman. Pero tienen un fruto en forma de pequeño pan.
Nos los comíamos. Y estaban buenos.
Toda una vida para volver a encontrar el espíritu. Ese que te anima a no ser más que tú. y no querer parecerte a nadie.
Menos aún de mayor.
Merece la pena. Hay muchos puzzles que componer.
domingo, 10 de mayo de 2015
Uno
El uno real
1n = …110 = 19 = 18 = 17 = 16 = 15 = 14 = 13 = 12 = 11 = 1
El uno imaginario
¿Enseñan en las escuelas de teología matemáticas?
BG (X)
Dicen que tras la tempestad siempre vuelve la calma.
El hecho es que a cada instante nos has hecho sino volver a empezar.
La ironía suele ser buena compañera de viaje. Aunque no siempre se lleve bien con todo el mundo.
A veces, pudiera parecer que sólo somos símbolos de símbolos.
En realidad, sólo somos.
sábado, 9 de mayo de 2015
viernes, 8 de mayo de 2015
La aventura del cura.
Hay quienes cuentan que hubo un cura, cuyo sueño era surcar
los cielos teniendo por alas un millar de globos de colores.
Un mediodía, después de la misa dominical, los catecúmenos
más jóvenes de su parroquia, le habían preparado una sorpresa. Conocedores que
eran de su anhelo, a brazos llenos de globos, le esperaban en su casa. El recinto del traspatio del olivo
y el almendro estaba a rebosar.
El cura impresionó sus retinas con tan sin igual espectáculo
de color e ingravidez aerostática. Pronto,
sus fieles le vistieron con un arnés con grave contrapeso al que le
implementaron en racimos, sin dejar tan sólo uno, todos los globos.
A las palabras de corten, el cura salió volando. Y al día de
hoy, todavía lo están buscando.
Para mí, que he indagado, creo que con Cosimo de Rondò se ha
encontrado.
Y ahí siguen. En su sueño. Eterno. Volando entre las nubes. Los
horóscopos. Las estrellas. El sol y, por supuesto, la luna.
Alféizar
A veces, parece que objetos y otros seres inanimados están dotados de voluntad de expresión propia.
Me parecía que era lo más que nadie había escrito nunca. Y era para mi.
Y así es que copié esas palabras en un trocito de papel y las guardé entre mis más preciados libros.
Y se quedaron palabras entre palabras. Y me olvidé de su existencia. De las unas. y de las otras.
Empaquetando mis enseres para llevarlos a esa que iba a ser mi nueva casa, salió de su escondite la nota. Mucho tiempo después.
Y ahora, si, comprendí, que mi sustento eran, apenas, escasos jirones de alma.
Me iba a vivir una vida que no quería.
En mi cobardía me he equivocado, mucho. Demasiado.
En tus palabras está este corazón, que no me pertenece.
A veces, las palabras transcienden. Qué difícil es expresarse bien con ellas.
Ahora estoy dónde siempre tuve que estar.
Y en esta incertidumbre, no tengo miedo. Ni tan siquiera a ratos.
Simplemente quiero vivir. Feliz. Contigo.
Me parecía que era lo más que nadie había escrito nunca. Y era para mi.
Y así es que copié esas palabras en un trocito de papel y las guardé entre mis más preciados libros.
Y se quedaron palabras entre palabras. Y me olvidé de su existencia. De las unas. y de las otras.
Empaquetando mis enseres para llevarlos a esa que iba a ser mi nueva casa, salió de su escondite la nota. Mucho tiempo después.
Y ahora, si, comprendí, que mi sustento eran, apenas, escasos jirones de alma.
Me iba a vivir una vida que no quería.
En mi cobardía me he equivocado, mucho. Demasiado.
En tus palabras está este corazón, que no me pertenece.
A veces, las palabras transcienden. Qué difícil es expresarse bien con ellas.
Ahora estoy dónde siempre tuve que estar.
Y en esta incertidumbre, no tengo miedo. Ni tan siquiera a ratos.
Simplemente quiero vivir. Feliz. Contigo.
BG (ix)
Nunca fui una buena gimnasta.
Sólo se me daban bien los saltos de longitud. Quizás en esos primeros intentos de volar a ras de suelo.
Después, hubo un largo tiempo en que andaba ingrávida a un palmo del suelo. Y es curioso, porque me cruzaba con la gente por las calles, así, y nadie parecía darse cuenta.
Pensaba, entonces, que a lo mejor es que las personas se habían acostumbrado a verme así. No era cierto: la que se había acostumbrado era yo misma.
Es extraño los lugares a los que transportan las palabras, sobretodo las que creemos ajenas.
A veces, nos apropiamos de algunas que no eran para nosotros. Y las dotamos de un sentido, inexistente para el que las escribió o pronunció.
Será por eso que prefiero el lenguaje de la luz, de los gestos, de las caricias, del cuerpo a cuerpo.
Y sin embargo, escribo. Y, a veces, leo.
Y con todo esto, en mi torpeza, lo que quiero decirte es que
Es contigo que vuelo de la nada a cualquier parte.
Y que como las flores, me brotan los colores y los dibujos para ti.
De la nada, a cualquier parte.
Sólo se me daban bien los saltos de longitud. Quizás en esos primeros intentos de volar a ras de suelo.
Después, hubo un largo tiempo en que andaba ingrávida a un palmo del suelo. Y es curioso, porque me cruzaba con la gente por las calles, así, y nadie parecía darse cuenta.
Pensaba, entonces, que a lo mejor es que las personas se habían acostumbrado a verme así. No era cierto: la que se había acostumbrado era yo misma.
Es extraño los lugares a los que transportan las palabras, sobretodo las que creemos ajenas.
A veces, nos apropiamos de algunas que no eran para nosotros. Y las dotamos de un sentido, inexistente para el que las escribió o pronunció.
Será por eso que prefiero el lenguaje de la luz, de los gestos, de las caricias, del cuerpo a cuerpo.
Y sin embargo, escribo. Y, a veces, leo.
Y con todo esto, en mi torpeza, lo que quiero decirte es que
Es contigo que vuelo de la nada a cualquier parte.
Y que como las flores, me brotan los colores y los dibujos para ti.
De la nada, a cualquier parte.
jueves, 7 de mayo de 2015
Tu sabrás
Me invitas a probarme un collar en tu cadalso,
Más no consideras que la libertad es mi estado natural
Y que si te acercas demasiado a mi arco: depredo.
Más no consideras que la libertad es mi estado natural
Y que si te acercas demasiado a mi arco: depredo.
martes, 5 de mayo de 2015
Desde el profundo alféizar (XII+I)
Me pasa que tengo al sereno de la cursilería ahí vigilando y
me está llamando al orden…
Prefiero usar mis dedos en trazar el rotundo ángulo de tu
rostro. Y mirarte así, muy de cerca, que es cuando eres más hermoso.
Me gusta
ser así, contigo.
Y con mi respiración cambiada y sorprendiéndome con cada cosa
que hago. Ya no me reconozco. Y está bien que así sea. Todo es así, mejor,
nuevo, contigo.
Y si lloro no es por pena, ni por dolor…es por la belleza de
sentirte, de abrirme a ti y tú a mí. De amarte.
En este tiempo pasado me sentía sola: no era real.
Siempre has estado de
alguna u otra forma conmigo. Lo notaba. Lo sentía, pero mi parte racional se
negaba a aceptar lo evidente.
Nadie está solo. Somos muchos dispuestos a ayudarnos y a
cambiar.
A veces, sólo hay que
pedir las cosas. Desde lo más profundo del corazón. Y todo llega.
lunes, 4 de mayo de 2015
BG (VII)
La ingrávida aurora despierta
al compás de la música que escapa
por tu ventana entreabierta.
Llegas y te acercas.
Tu voz en un susurro.
Parece que nos quedamos,
y sin embargo, nos vamos.
domingo, 3 de mayo de 2015
Ven
Ven, ven, quienquiera que seas,
Ya seas un ateo, un mago o un pagano, ven
En nuestra casa no hay lugar para la desesperanza
Aunque te hayas arrepentido en vano cien veces, aún así, ven.
Maestro Mevlevi
Ya seas un ateo, un mago o un pagano, ven
En nuestra casa no hay lugar para la desesperanza
Aunque te hayas arrepentido en vano cien veces, aún así, ven.
Maestro Mevlevi
Un día
Dice mi hijo que ha encontrado un cuarto de la luna.
Voy a ayudarle a buscar los tres cuartos restantes.
O nos los inventamos...
viernes, 1 de mayo de 2015
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