A veces, no somos conscientes, de todas esas cosas que nos decimos en segunda y tercera persona,
con otras voces y a través de otros ojos.
El pensamiento permite construir la ilusión de tener el poder de juzgar la gota que discurre a nuestro lado en la corriente de la vida.
Desde algún remoto lugar de profunda mirada, somos simplemente infinitésimos átomos de vida, conectados con más vidas en todas y cada una de sus manifestaciones.
Atisbamos a expresar, con más o menos fortuna, todo eso que discurre en nuestros adentros.
Con frecuencia se nos olvida, que nuestra esencia impregna aquello que expresamos.
"Parimos" una criatura más o menos hermosa, pero en ella se encuentra nuestra "sangre".
Somos agua corriente, que ha olvidado su sentir común.
A veces, no somos conscientes que recordar es volver a la unificar la vida, transformar el agua corriente en agua viva, agua mensajera.
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