Es tan sencillo
sentir ingrávida la dicha
de descubrir con mi lengua
el contorno de tus labios entreabiertos.
Gustar en cada uno de sus besos
el lugar donde habita la dulzura.
Es delicioso
respirar el aire sorbo a sorbo
impregnado con las notas de tu aliento,
mezclando mi deseo con la esencia
que tu piel exhala en su alegría.
Hace ya mucho
dejé de preguntarme
cuál es el motivo
por el que te quiero,
justo en el instante en que entendí
que es imposible lo contrario.
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