viernes, 30 de diciembre de 2016

Constelando

El brillo de tu luz es tan fuerte que se siente muy arriba, allá en lo más alto.

¿Sabes lo que pasa cuando fluye la corriente de la vida entre dos estrellas?
Pues que se empieza a formar una constelación y , entornando un poquito los ojos, se empieza a vislumbrar con ojos nuevos.

Marcos, después de pasarse muchos días viendo documentales sobre las estrellas, concluyó una noche que somos infinitos por dentro. En una escala sin fin del mundo de lo pequeño.
Como es afuera es adentro.

La escala sólo son unas líneas graduadas que se usan para medir las distancias en los mapas.
Más las latitudes y las longitudes dejan de tener sentido cuando las almas se tocan.

Como más me gusta ver como brillas es mirándote a los ojos, que se encienden en miles de chispitas cuando ríes.

De ti, aprendo muchísimas cosas, pero de todas esas cosas hay una que para mi es muy importante: para sentir toda la humanidad de la tierra sólo es necesario entregarse en un abrazo.

Decía Umberto Eco, que cuando los hombres dejan de creer en Dios, no quiere decir que no creen en nada: creen en todo.
Algo así me había sucedido a mi en el pasado.
No es exactamente que hubiera terminado por creer en todo, sino que creía cualquier versión de la realidad inventada por otras mentes antes que la construida por mi, que viene a ser algo parecido pero no lo mismo.

Pero volví a mi origen.
Y la llama crece en cada latido.

Volví a creer, al conocerte, en una única cosa: he vuelto a creer en el ser humano.
Descubrí en tu esencia esa "rara excepción" en la que la humanidad se manifiesta en todo su esplendor.

Mil Gracias,

Lo escribo, aún sabiendo que mil gracias no son suficientes para lo que no se agota.












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