Es algo que surge, sin más. Un poco es mucho.
Una palabra amable, un gesto, lo cambian todo.
Pues no siempre se está fuerte para entender que las palabras en si, no tienen importancia.
Importa el estadio del ser que llevamos dentro.
Más, gracias a las palabras, los gestos y haceres amables y a la música desvelada, esa que se desliza subrepticiamente de mano a mano, de voz a voz, mientras se hablan las sonrisas, nacen cada día los soles que iluminan, mientras se anda.
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