No hay dolor que cierre las puertas de la vida.
Y no: no era yo. Lo supe, lo sabía. Ahora, simplemente lo confirmo.
No cerrásteis bien, por eso es que soy aquí y nos encontramos por todas partes.
No se puede limitar un concepto.
Con los ojos abiertos por la sorpresa. Bien.
Pues continuamos.
Creciendo.
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