lunes, 18 de julio de 2016

Urgencias cotidianas

¿Dónde se queda el espacio de expresión de todas esas cosas buenas que acontecen en el mundo?

Millones de seres, cada nuevo día, se levantan y afanan para hacer de esta tierra un lugar mejor. Y, sin embargo, por parte de los supuestos medios de comunicación, información (de su gran mayoría) sólo se obtiene silencio, respecto de esta matriz mayoritaria en la que se desenvuelve la realidad de los acontecer es de la vida.

Urge poner voz a lo que es bueno. Lo que se descubre y nos hace avanzar, lo que se construye en continuidad con la naturaleza, lo que se crea desde el corazón. Todas las actividades que ennoblecen al  hombre y le dan sentido.

Urge poner voz a la belleza del mundo, cercada por el materialismo monstruoso de la gran ciudad, entre toneladas de cemento, acero y asfalto.

Urge crear una nebulosa configurada en todos sus aspectos por lo positivo, que se difunda y viaje rápido, que crezca exponencialmente y desplace a la maldad y miedo que se nos inocula cada día, en los noticieros

Urge darle alimento al alma.
Es tan sencillo comenzar a hacerlo.
Enciendes tu más alta luz. Te vuelves visible y muchos ojos abren su luz a tu luz.
Tu vibración de color de luz, eleva la vibración de lo que toca.

Urge encender el interruptor que conecta con lo que realmente se es.

Urge apagar el ruido de máquinas de bucles pensantes.

Tan sólo una chispa se necesita, para producir una reacción en cadena e iluminar de estrellas todo el cielo.


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