domingo, 24 de julio de 2016

True love

Hubo una vez en que paseábamos sin prisas. Y al mirarnos la alegría viajaba de tu rostro al mío. De tu boca a mi sonrisa.
Eso soñaba la otra madrugada. Aunque debiera decir que ese era mi despertar. El sentimiento de que una vez hubo paz y que es esa paz interior es la que quiero respecto de ti y respecto de todo el mundo.
Cuando escribo en este lugar, evito las palabras negativas, en la medida de lo posible.
Es mi deseo expreso no añadir más fealdad, ni tristeza, ni dolor al mundo.

El amor no muere. A veces ocurre que algunas de sus ramas paran de crecer y se hacen más fuertes, otras ramas del mismo árbol que persisten buscando la luz.
No imaginaba que esto pudiese llegar a ocurrir. Y sin embargo así es.
Tampoco que mi vida iba a ser como es ahora. Ni que tuviese tantas dudas a estas alturas de la vida.  Y sin embargo, basta una inspiración para que se disipen.

Hubo un tiempo exterior. No era ni mejor ni peor: era lo que era.
Ahora ya no queda tiempo. Tan sólo instantes, momentos y puntos de fuga. Y la escala musical de todo el espectro luminoso.

Desde ese adentro que eres, puedes componer  universos enteros.


Si de verdad quieres.

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