jueves, 21 de julio de 2016

Ahora que soy mayor

Ahora que ya soy mayor, gusto de pasear solo por la ciudad.
Apenas si comienzo a esbozar sobre sus hermosas avenidas, las líneas maestras de lo que será mi memoria.
Camino. Siento mi invisibilidad. Si: así es como realmente soy. Bueno, me gusta comprobar que lo soy, que nadie nota mi presencia al cruzarse en mi camino. Con mi mediana estatura y mi uniforme de colegial.
Circulo deprisa entre la muchedumbre, de la que huyo siempre. Aborrezco el bullicio sin orden aparente. Con mucha prisa me alejo de las prisas.
Hasta que mis pasos me conducen a un lugar menos transitado.
Tengo un refugio.
Lo descubrí un día. Es una invitación al
lento fluir. El caminar se convierte en remanso.
Una suave penumbra, de generoso encanto, me recoge en su regazo. Me invita a contemplar y perderme en maravillas.
Es el sitio donde se diluye la frontera entre lo real y lo imaginario.
Ventanas miles, dentro de ventanas.
Mi mente vuela. Los ojos planean sobre todos los rincones.
Ahora que soy mayor, quiero hacerme más mayor mientras viajo por todo el mundo.
Inventaré más ventanas que sean luz de otras ventanas. Los niños podrán escapar a través de ellas de su cuento. Soñarán despiertos y serán lo que realmente quieran ser.

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