jueves, 8 de junio de 2017

A unos dos palmos del suelo

Nervioso transitar recorriendo tantas veces los interminables pasillos de los pasos perdidos.

La cinemática de la vida coexistiendo con las dudas, el nerviosismo y el dolor; a veces, con el gélido aliento de la muerte rondando cerca de la nuca.

La mirada triste encuentra estos hermosos puntos de fuga, justo a la altura en que descansan los ojos el desánimo y el cansancio.
Y al adentrarse en las líneas, por unos instantes vuelven la entereza y el ensueño, te sales del plano donde se encuentran.
Este hospital es un sitio extraño.
Hay exposiciones con frecuencia y un precioso piano de cola que parece flotar en medio de la nada.
Hay vida en la enfermedad. Cualquiera sabe que el arte y sobretodo el amor incondicional curan.




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