domingo, 7 de agosto de 2016

Leve espera

Siento el olor indeterminado de las notas de perfumes que se mezclan por azar en lugares donde territorios marcados confluyen.
Escucho la charla animada,  envuelta en la luz misteriosa que antecede al ocaso en los cielos de mar. Es el perfecto contrapunto a mi silencio.
Se ha difuminado la luna en el vaporoso cielo, al poco de ofrecerme su sonrisa creciente.
Las altas voces que a nadie importan del quiero y no puedo distraen mi atención. No juzgues. No escuches. Me digo.
Tus labios encuentran mis labios.
Vuelvo al cielo.
Terminó la espera.
Entramos.





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