domingo, 7 de agosto de 2016

El extraño bosque de piedra, luz y color

Buscamos maestros. Más o menos iluminados. Ascendidos en mayor o menor grado.
Pero no. Es ella. La eterna. En femenino. La madre naturaleza.

Continuador de continuadores. Decía que ser original es volver al origen.
E inventó un imaginario sin fin e irrepetible inspirado en ella. A veces, trasladando literalmente sus formas como un orfebre. Esculpiendo la materia. En un juego extraño entre artesanía, escultura y arquitectura.
Me gustaría ver sus manos y su porte y mirada al trabajar. Pensaba con las manos, como buen obrador.
Y entiendo, veo siempre que en sus obras se produce el milagro de la luz. Emana desde dentro, esa luz solar exterior. Esa es la alquimia. El nada por aquí nada por allá de De la Sota.
Resonadores de la belleza.
Y sus sueños hechos realidad, esos sueños que al entregar dejan de pertenecerles hacen emocionarse a muchos. Y hacen soñar.
Quizás eso es el arte.
Quizás eso es lo eterno.
Yo veo sensibilidad e inteligencia.
Quizás sean matices muy cercanos de la misma cosa.




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