miércoles, 10 de agosto de 2016

Leo y deseo

Atento espero.
Entregado al deleite del instante que antecede el preciado encuentro.
Siento el aire tensando la pleura y la ondulación tenue del pulso en las sienes.
Ella llegará.
Y en ese breve recorrido que antecede su trayectoria a mi presencia, me detendré. Pararé despacio en las delicadas curvas que ascienden vertiginosas hacia sus caderas.
Entonces, el aire que modela su cuerpo será mi mismo aire.
Y, una vez más, seré el recio deseo de habitar su vientre
Y, una vez más, permaneceré inmóvil, invisible, quieto y desapareceré en la penumbra del ala de mi sombrero.


No hay comentarios:

Publicar un comentario