Decía mi amiga María, hace muchos años, cuando me gustaba mucho fumar que en realidad fumar no era mala cosa. Al contrario: los fumadores teníamos un motivo para existir. Es probable que llevase razón. Yo, pos si acaso, ya no fumo.
Tengo otro amigo que estaba muy preocupado (bueno, digamos que relativamente preocupado) por que decía que no tenía proyección en la vida. Y eso que fumaba y fuma mucho. Y cuando le preguntaba que era eso de tener proyección, me decía que no sabía bien, pero que le daba miedo terminar de esclavo sexual en un barco pirata. Hace mucho que no se de él. Cuando me lo encuentre en un puente aéreo, al igual le pregunto.
Pues, es curioso, que me acuerde yo de estas cosas según unas tontunas que acabo de leer de un ente suplantador. A ver si le presento a mi amigo, pues ese no ser vive en una irreal proyección continua.
Cada uno con su puta locura.
En fin, aquí una imagen de una de mis películas favoritas. Y me voy a dar un paseo. A seguir recordando. U olvidando.
Como decía el Principito, nunca se sabe.
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