No estés triste.
Cuantos besos por nacer aún en tus labios.
Cuantos secretos por descubrir en cada piel siempre nueva.
Cuantos matices por sentir en el terciopelo de las almas.
No sientas más pena.
Que al reloj ya no le duele
el vacío de la arena,
Que del agua se hizo el mar
para encontrarse con ella.
Qué no existe mayor pecado
que sentir dolor por un anhelo
y no saber apreciar
a quien permanece a tu lado.
Ojalá que también sepas
llorar de pura alegría
Que cada día alcance tu noche
en un templo de caricias.
No estés triste, no.
Que nada queda en esta casa
y el amor sólo es entrega,
Y en unas manos abiertas
no hay lugar para tristezas.
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