Le pregunto a Marcos si se le ocurre como puedo recurar la inspiración para escribir, que pienso que ha debido de irse a otro lugar o se ha convertido en algo nuevo cuyas reglas (si es que las tiene) ignoro.
Siento que, de manera abrupta, estos últimos meses algo ha cambiado tan radicalmente en mi que apenas me reconozco.
Mientras escribe un ejemplo, Marcos me ha respondido que escriba sobre cosas que conozca, que hay muchas cosas sobre las que se puede escribir.
Luego de escuchar sus impresiones, me dice que hoy se encuentra lleno de energía, que se siente como si tuviese cinco años (tiene nueve).
Con una sonrisa que me acaba de encender, le doy las gracias y se marcha.
Escribir sobre lo que se conoce es, de alguna manera, escribir sobre lo que se ama, pues sin amor no hay conocimiento.
Sea como fuere, ahora sé que la inspiración también tiene sus estaciones.
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