martes, 27 de abril de 2021

Y quise ser mejor

Y quise ser mejor, por ti.
Aunque jamás estuviera entre tus brazos.

Quizás "mejor" no lo vea ahora como el adjetivo más adecuado. Es simplemente estar en otro grado de conciencia. Que quizás apunta más hacia arriba.

Y cambié toda mi vida. 
Y ahora sé lo doloroso que es mudar la piel entera.
Pero no sé bien si me gusta lo que veo en mi.
Aunque me haya ido curando el alma en las luces y las sombras de vastos cielos de oro y grana.
Y haya recuperado, a veces,  la esperanza en los verdes campos de cebada y trigo.
Paso a paso, fundiéndome en el paisaje más allá del horizonte. Liberándome de mi yo.
Observando, escuchando, olfateando el momento.

En este tránsito estoy luchando duro contra la enfermedad, que estuvo a punto de terminar con la fluidez de mi mente y de aniquilar mi espíritu recién despierto.

Ahora que han pasado mil años, si me encontrase contigo no sabría que decirte, porque ya sólo eres en mi el más hermoso recuerdo.

En mi mente han quedado como heridas descarnadas los pensamientos y vivencias que se encontraban más ocultos, y que ,por increíble que me parezca ahora, había olvidado. Capa a capa y dolorosamente, han ido encontrado su luz . De alguna manera he llegado a reconstruir el puzle desencajado que era mi vida.

¿Y ahora qué?

Ahora, como buenamente puedo, intento transformar la angustia vital que me genera la culpa en aceptación. Y es una tarea muy complicada, de hecho no sé ni como se hace. Lo único que se me ocurre es retirar la atención de los malos pensamientos, de los pensamientos con los que me torturo. POr contra, me acerco a la belleza (cuando estoy sola) y al amor, cuando tengo la fortuna de estar acompañada.

No te juzgues, me decía un querido amigo. Eso intento, casi todo el rato.

Y quise ser mejor. Por tí.
 
Y llené de palabras y colores tu silencio.
Y me dije mil veces a mi misma pensando en ti: ¡oh, dios! ¿por qué me has abandonado?

Yo buscaba tu ayuda. Ahora entiendo que buscaba en el lugar equivocado.

Te perdí. 
Te perdí porque no supe cuidarte y porque no supe cuidarme yo sola.

He pasado mucho miedo, porque no sabía reconocer en mi día a día el amor. Estaba cegada por tu luz y no sabía mirar dentro. Ni al lado. Ni al vasto horizonte que cada día orla mis sentimientos.

Y quiero ser mejor por mis amores, que son un hermoso ramillete aquellos que habitan la región más dulce de mi alma.





















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