Pongo al frente mi soledad y detrás de ella se encuentra siempre tu mirada. Yo la noto, y por un instante la soledad desaparece.
Hay cosas que nunca voy a entender, pero pese a todas mis lagunas y carencias, me considero una persona bastante afortunada, ya que en medio de un mundo de sombras, encuentro en tí una luz clara que, de alguna manera, me guía y me acompaña.
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