sábado, 1 de enero de 2022




Volver a los colores, al tiempo lento, al diálogo interior.

Cada año nuevo nos debiera provocar unas ganas locas de devorarlo, de apurar el instante, de beber a grandes tragos la intensidad de cada momento.

La soledad no me cansa, me hace cada vez un poco más consciente y responsable del tiempo que comparto, que he de cuidar como el mejor de los tesoros habidos.


Amar hasta el aire que respiras. Es el momento perfecto para reencontrarse con la belleza una y otra vez entre la fealdad que nos sitia, para descanso de la mirada y regocijo del alma.

Convertir los "quisiera" y "voy a" en actos que nos acerquen cada vez más a las capas más profundas de nuestro ser, hasta encontrarse con la esencia, con lo auténtico, con lo que realmente somos.

Estoy aquí pintando, rumiando e intentando asimilar lo evidente, que comienza un año nuevo y que quisiera, aunque fuera un solo instante, volver a verle.













 

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