Desde hace mucho,
desde hace tanto tiempo que abruma,
he perdido el tiempo
hundida en la prosa vil.
He perdido el tiempo
que pasé lejos de mi.
Los océanos del mundo
No se contienen en una mirada.
Me perdí en un mundo ideal
lleno de juegos y palabras.
Pero, hay otra vida:
es hora de mirar hacia delante.
Que las palabras, no me extravían,
que son el nexo de unión entre dos mundos
aunque, a veces, son mundos irreconciliables.
No merece amor,
aquel que responde a cualquier gesto amable con desprecio.
No merece la espera.
Tanto tiempo perdido esperando una señal.
Y la única señal clara es que el tiempo de silencio también se acaba.
Poniéndole fin desde el ahora.
Conversemos, dijo el poema.
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