Recordar para hacer todo de nuevo, de la manera correcta,
como era en un origen.
Con la delicadeza de un orfebre que ha transmitido su arte
de siglo en siglo,
reparando en cada detalle, con devoción, hasta generar un
precioso elemento.
Dejar de estar en la niñez con surcos en la frente, en los
ojos.
Y ser, contigo amor.
Y así es que junto a ti todo cobra su justa importancia y su
orden primigenio.
Y cuando no llegan las palabras, entre las notas del
incienso
surgen los delicados acordes del vaivén de nuestra nave
surcando el mar de la existencia.
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