Mi corazón se desangra en este presente lleno de sueños rotos.
Y me paraliza la angustia.
Y sé que no puedo parar siquiera un instante, la rueda sigue girando y no me voy a bajar del carro.
Aunque tengo los cimientos del futuro, fruto de las cenizas del pasado, debo seguir construyendo lo nuevo para no asfixiarme con el tiempo.
Esa será mi redención, la configuración de un orden nuevo en mi vida.
Cada amanecer es una oportunidad para construirlo.
Ya el día está bien entrado. Vamos, pues a ello.
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