Recorro por enésima vez los lugares comunes en los que me siento protegida, a gusto. Pero hoy no siento consuelo en casi nada. A veces, la mente no quiere aceptar lo que el corazón sabe.
Sentir esa mirada llena de ausencias y de tristeza, ver volatilizarse la fragilidad del momento en sus rasgos. No sé. Ella no está bien y yo tengo mucha preocupación y miedo.
Estoy todo el día con la sensación de que me faltase algo. Y en verdad que sólo noto mi vacío en su mínima expresión, no quiero asomarme al borde del precipicio, pues es de vértigo la altura de las ausencias que ya se acumulan en mi vida.
Hoy no hemos podido verte, ni abrazarte y colmarte de besos. No importa el día que es y lo que se celebra (es una convención), importas tú y ahoga la incertidumbre de no saber cuánto tiempo nos queda.
Sólo deseo que te recuperes y que entre todos podamos mudar la tristeza que ahora nos envuelve en brotes de alegría y esperanza.
No importa el día, importa tu vida, tu bienestar y tu alegría.
Quiero que sepas que te quiero mucho. Y ojalá que dentro de ti, sintieses lo que transportan en su cuerpo estas palabras.
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