martes, 20 de octubre de 2020

Nunca fue dulce el tormento

 Si al soltar se siente vacío es que todavía existe apego.

Creo que uno de los pocos deseos expresos que se me han cumplido (en un ataque de ego), es aquel de desear no verle nunca más. (Por eso se dice que hay que tener cuidado con lo que se desea, pues en ocasiones los deseos se cumplen).

Ahora, al pensar en su ausencia no siento vacío, lo que siento es una extraña sensación que es algo así como si él estuviese aun  en mi, sin estarlo en realidad; algo parecido deben sentir los que han perdido un miembro de su cuerpo que, a veces, parecen sentir el miembro amputado sin tenerlo, tan acostumbrada como estaba a pensarlo y sentirlo en todo momento.

Estaba pensando estos días que va muy rápido esto de la vida. El otoño avanza imparable, devorando horas de luz solar a su paso y revolviendo los estados de ánimo y los sentimientos. Para compensar, quizás como bálsamo para la tristeza, nos ofrece puestas de sol y paisajes vegetales llenos de belleza.

Antes me gustaba pensar que dentro de su silencio, me gustaría ser presencia. Necesitaba pensar que sería buena cosa que yo permaneciese en él, de alguna manera, que fuese con suerte, algo más que un lejano recuerdo de risas y fiesta.

Ahora pienso que ya me da igual, pienso que aunque eso fuera así,  no tiene sentido si no me llega a mi.

Ahora entiendo que desde hace mucho tiempo respecto de él, sólo me quedan recuerdos de recuerdos y, eso sí,  muchas líneas por mi parte quizás para compensar todo su silencio y abandono.

Con todo esto, lo único que quiero decirme a mi misma, es que ya no estoy enamorada de él. Y no es algo que me haya propuesto, porque además eso no funciona así, ha sucedido y ya está. Y siento mucho alivio, pero me siento muy rara sin estar enamorada.

Es tan raro. Cuando ha aparecido en mis sueños no he sentido nada especial y me es muy extraño, después de tantos años anclada en lo mismo. No sé si es el triunfo del tiempo y el desengaño. Yo creo que él se ha desprendido de mi porque ya no lo necesito en mi vida. 

A veces me da la sensación que hay algo de tiranía en el esto del enamoramiento.  



He soltado, por fin, y me siento libre. Ha llegado la hora de celebrarlo.



















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