sábado, 3 de octubre de 2020

La vida se pasa

 La vida se pasa y ya no vuelve.

Los ojos se cierran para siempre, más la luz sigue acariciando los otros cuerpos y las miradas, quizás ignorantes de la dicha de ser.

La vida se pasa y no espera.

Y los pies cesan de hollar los caminos del mundo, testigos mudos de un tropel de fechorías.

La vida se pasa y ya no hay más lágrimas.

Mientras el mundo sigue consumiéndose en un infierno de estulticia. Pero se buscan otros lugares para poder descansar en su belleza.

La vida se pasa y ya no vuelves.

Aunque estarás en mi en cada amanecer. Y te buscaré siempre en cada aurora de rosados dedos.

La vida se pasa y, poco a poco, en ella me disuelvo.

Como lágrimas en la lluvia, de un suave lluvia que no cesa.

La vida se pasa y no hay olvido.

Y sin olvido no hay lugar que no ocupes de mi memoria, cada vez que unas letras deciden juntarse y deslizarse a través de mis manos.






 

No hay comentarios:

Publicar un comentario