miércoles, 1 de septiembre de 2021

Cosas que se piensan a veces

 Quizás hay cosas que no se pueden olvidar, que no se olvidan. Son cosas que no se tienen presente. 

Por eso sobrevivimos al desastre, a los insultos,  a las mil y una omisiones. Sobrevivimos al dolor. A la infinita tristeza.

Sin saber cómo ni por qué, recuperamos la alegría de vivir, la concentración y la entrega en la lectura. Volvemos a escuchar con atención suma, viendo más allá de los gestos y de la piel.

Volvemos a callar. A emplear solo las palabras justas y necesarias. Limpiando un karma que se agotó en el exceso.

Un día quise ser mejor por ti. Y ahora que no estás y probablemente nunca más estés, seré. Seré  sin que sepas de mi. Sin que yo sepa de ti. Pero ya no me duele ese nunca más que es el vértigo de las palabras.

Muchas veces soñaba despierta en otra vida. Tanto me gustaba ese sueño inventado que quise poder hacerlo realidad. Pensé lo impensable, una nueva vida. Sin dolor de corazón, sin mentiras y sin lastres.

En el momento que fui consciente que ese sueño era posible, entendí que aborrecía mi realidad y ya no hubo marcha atrás, todo cambió. 

Mi ahora no es mi sueño, es otro sueño que estaba escondido en mi subconsciente, en el que hube de perderlo todo para empezar de cero.

Aunque nunca hay un cero absoluto, quizás empezase desde 0, 25 de regalo. 

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