sábado, 20 de abril de 2019

Sábado

Nos pasamos la vida esperando señales, sin entender que el ser divino habita en nuestro interior,

No hay nada ahí afuera que no sea el fiel reflejo de lo que llevamos dentro.

Captadores de realidades, constructores de fantasías, paseamos por el límite del tiempo.

Ser uno mismo, con todas las consecuencias, hasta el último aliento.

Bendita sea esta lluvia que no cesa y se trae lo bueno, los colores que hacen germinar la esperanza en el mundo.

Sentir que el dolor también se termina, se disuelve en cada gota de esta lluvia que no cesa.

Respirar hondo, abrir las puertas del destino y caminar hacia delante.

Y me repito mil veces, esperar, sólo un poco más, demorarme en arrancarme el traje de la desdicha.

Suenan las doce en el reloj de la plaza.

Respirar hondo, dejar de esperar y continuar.







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