Yo ya no quiero ná (de él).
Me siento como una luna de ojos cerrados que se quedó orbitando en torno una tierra que no existe.
Es abrir los ojos y no ver nada.
No quiero nada, porque ya no hay nada que querer.
¡Qué ya no siento cosquillas con el recuerdo de su risa!
Me siento como una luna de ojos cerrados que se quedó orbitando en torno una tierra que no existe.
Es abrir los ojos y no ver nada.
No quiero nada, porque ya no hay nada que querer.
¡Qué ya no siento cosquillas con el recuerdo de su risa!
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