He de dejar de vagar como alma en pena por aquellos lugares
que una vez me hicieron sentir mucha dicha, incluso en ocasiones algo parecido a la felicidad.
Con la mente anclada en una nebulosa pasada no me permito construir un futuro, que hoy oigo gritar pidiendo auxilio.
Voy a permitirme acceder a este nuevo mundo, desde la tristeza, sin llaves y con muchas ganas de ordenar los colores y las palabras.
Aun en los momentos más terribles y oscuros siempre encuentro una chispa traviesa que me alumbraba y me volvía del temblor y rechinar de dientes a la vida amada.
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