Sucedía que cada vez que yo le preguntaba:
-¿Qué tal estás?
Él me contestaba:
-Como siempre.
Al oír la consabida respuesta, me daba rabia. Yo pensaba que cómo podía responderme eso, pues nunca se está igual. Nunca le dije nada al respecto, creo.
Ahora estaba leyendo y me he encontrado con la frase de Henry David Thoreau
"No cambian las cosas, cambiamos nosotros" y me he acordado del "Como siempre", y me he animado a escribir estas líneas.
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