Ojalá que cese pronto este vagar en la oscuridad sin más guía que las letras de tu nombre.
Inflexionar en cada caída, apretar los dientes y continuar movidos por el amor que nos une y tiende sus complejas e intrincadas redes. Y para cada nuevo dolor, surge un nuevo antídoto forjado en el germen de la esperanza.
Siempre se puede más, porque el amor siempre crece y se expande.
Amor es poder.
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