martes, 17 de febrero de 2015
Ajedrez
Se dice que el juego del ajedrez originariamente era una técnica de adivinación que interpretaba el resultado de la batalla entre las fuerzas eternas del Ying y el Yang.
Más tarde, en Praga, con la humedad de un sótano como testigo, un hombre de ojos grises vislumbró el ajedrez como un castillo habitado por reyes, damas, caballeros y alfiles invisibles, custudiados por peones sonámbulos y torres que no duermen. Mientras en Buenos Aires, con fervor, un hombre de ojos que miran al infinito poetizó que Dios mueve al jugador y éste a la pieza...Ahora, yo solitaria, en el silencio de una ciudad sumergida, sobre mi cuadrícula de luces y de sombras, veo como el caballo traza una ele movido por mi mano, y relincha como una señal de la escritura de Dios, deseoso de que algún día esta secreta partida pueda finalizar en tablas.
Nana Rodríguez Romero
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