Hace mucho tiempo que no te olvido.
Hubo una época en que pensé que me daría buena suerte olvidarte. Y así hice: te aparté de mi mente.
Y todo parecía estar bien, fluían las cosas en cierta manera, sólo que el bienestar conseguido me sabía insulso, porque no eras tú él que me lo provocaba.
Así, tras este sencillo razonamiento, volví a recordarte.
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