Todos necesitamos una vía por la que escapar de los miedos y dudas que nos agobian y limitan tanto nuestro cuerpo como nuestra mente, para así poder continuar y mantener nuestra fortaleza.
Siempre hay un lugar donde refugiarse, sólo hay que dejar a la intuición que nos conduzca al mismo. Para entrar en ese lugar de eventual descanso, sólo hay que recordar la clave (que es lo único que hay en este mundo inmutable y sin contrario).
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