A veces, se siente más grande la herida que toda la extensa superficie de piel.
A veces, necesito más aire del que pudiera caber en una inspiración, porque me ahogo.
A cada instante la vida nos ofrece la posibilidad de un paraíso en apertura. Cuidemos bien el mecanismo de entrada libre al mismo y penetremos sin pasado.
Dicen los muros de mi casa que no soportan más lágrimas y que por eso ahora ya no es posible mi llanto.
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