Quiero poder retirar la mirada y mi ser del miedo.
Necesito evitar sus
dentelladas de espanto royendo las entrañas de mi alma,
que distorsionan todo lo que hay dentro y fuera.
Tengo miedo
y permanezco demasiado tiempo sedada bajo sus letales efectos
y así, el juguetón manantial que soy, se convierte en sus fauces en árido
cauce sediento.
Tengo miedo.
Inmersa en el tormento, me cuesta encontrar los puntos de fuga
y me consumo hasta quedar exhausta, sometida por malos
pensamientos.
Tengo miedo y sed de caricias
y no te veo
y así, no te siento.
Tengo miedo
y de manera frenética se apodera de mi el tiempo.
Paralizada leo en el reloj como se escapan uno tras otros los segundos de la dicha.
Pues también sé alcanzarla cuando se silencia el miedo.
Desaparecen los instantes.
Se distorsionan los recuerdos.
Pues también sé alcanzarla cuando se silencia el miedo.
Desaparecen los instantes.
Se distorsionan los recuerdos.
Tengo miedo
y no paro de describir círculos concéntricos para los que no encuentro salida.
Se esfuma el presente y solo me fijo en el pasado devorando el futuro.
Tengo miedo
pero también soy amor.
Por eso entornando un poquito los ojos
aún siento la esperanza.
Por eso sigo adelante
mientras vuelvo a alcanzar la calma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario