domingo, 8 de septiembre de 2024

Puede ser

Lo que pienso. 

Lo que realmente es.

Lo que soy.


A veces, paralizada por la intrincada química que desarrolla la pereza, me acuerdo de ti. Pero enseguida caigo en la cuenta de que ese "ti" ya no existe, que se encuentra sedimentado en lo más hondo por estratos de tiempo y de silencio. Luego, todo ese pensamiento lleno de esos remotos recuerdos, no es nada más que el reflejo de una ilusión fallida. Y me pregunto si te seguiría pensando si hubiese vivido el devenir de tu ser, capa a capa hasta llegar al estrato del ahora.

Lo que me ocurre cuando estoy demasiado desidiosa es que siento un silencio como hueco, no es vacío, es una carencia que no duele. Llevo tanto tiempo encima, tiempo que no es medido tomándote a ti como referente (porque no es posible tener como referente algo que ya no es), que me cuesta reconocerme y aceptar que ya tengo muchos años. El final (aunque nos ronde en realidad todo el rato) se siente más cercano. Todo ese fuego que fui, se ha ido consumiendo estoicamente hasta convertirse en una pequeña y pacífica llama, que es mi aliento vital.

Ya no quiero nada de ti. De ese ti ficticio para el que mi mente creó un pequeño universo de palabras.

Ya no se puede volver. En realidad nunca se pudo volver.

Sólo puedo ser. 










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