viernes, 13 de septiembre de 2024

Vivir y soñar

Voy a soñar despierta con los pies en el suelo y, por contra, vivir en los dominios de las alturas, describiendo líneas rectas cuál experto funambulista. 

Soñar con arraigo vegetal. Imaginando fotograma a fotograma con visos de ser real.

Vivir en equilibrio inestable, siempre al límite, con el corazón en vilo.

Despertar de los sueños como si volviera de un periplo hiperrealista, imaginando en ellos mundos y universos enteros sin comprender como.

¿Acaso no  es la sustancia de los sueños de la misma materia que lo que llamamos realidad? 

A veces pienso que lo que llamamos "yo", sólo sea un lugar de la Memoria. Esa Memoria en la que todo tiene cabida, de una complejidad exquisita.

Quiero soñar despierta bien anclada, para construir lo posible, para que esas ilusiones que proyectamos y de alguna manera nos sirven de guía, se materialicen.

Vivir siempre es en la cuerda floja, notando la tensión del alambre mientras a duras penas se avanza, con la certeza absoluta que, en cualquier momento, es posible la caída. Mientras avanzamos gravitando hacia el otro lado.











domingo, 8 de septiembre de 2024

Puede ser

Lo que pienso. 

Lo que realmente es.

Lo que soy.


A veces, paralizada por la intrincada química que desarrolla la pereza, me acuerdo de ti. Pero enseguida caigo en la cuenta de que ese "ti" ya no existe, que se encuentra sedimentado en lo más hondo por estratos de tiempo y de silencio. Luego, todo ese pensamiento lleno de esos remotos recuerdos, no es nada más que el reflejo de una ilusión fallida. Y me pregunto si te seguiría pensando si hubiese vivido el devenir de tu ser, capa a capa hasta llegar al estrato del ahora.

Lo que me ocurre cuando estoy demasiado desidiosa es que siento un silencio como hueco, no es vacío, es una carencia que no duele. Llevo tanto tiempo encima, tiempo que no es medido tomándote a ti como referente (porque no es posible tener como referente algo que ya no es), que me cuesta reconocerme y aceptar que ya tengo muchos años. El final (aunque nos ronde en realidad todo el rato) se siente más cercano. Todo ese fuego que fui, se ha ido consumiendo estoicamente hasta convertirse en una pequeña y pacífica llama, que es mi aliento vital.

Ya no quiero nada de ti. De ese ti ficticio para el que mi mente creó un pequeño universo de palabras.

Ya no se puede volver. En realidad nunca se pudo volver.

Sólo puedo ser. 










domingo, 1 de septiembre de 2024

El oro de mi tiempo se fue con él.

Aunque flores raras sigan eclosionando a su paso.

Ese tiempo era tan hermoso en mi pensamiento que parecía que nunca se iba a acabar. Porque en ese tiempo dorado, que una vez existió, cada uno de mis latidos reflejaba el eco de su nombre.

La vida desde el  prisma de ese amor,  era liviana como el dulce aleteo de un colibrí.

Y creció la distancia que sepultaba con indiferencia al sentimiento. Y yo no quería soltar, aferrándome a mi loco deseo.

Ya no volverá ese tiempo florido. Y en mi mente  se marchitan uno a uno los recuerdos y se va erosionando el deseo.
Pero hay pequeñas reminiscencias de su ser que habitan siempre en mi alma.

Ya sólo es posible el silencio, que sepultó su presencia, en el fondo de un mar brumoso  color esmeralda.