Me gustaría decir que yo también estuve aquí y que alguna vez a alguien, quizás, mi ausencia le provoque un sutil resueno de dulzura.
Es hora de hacer todas esas cosas que quedan pendientes de un hilo de pereza.
El tiempo discurre inclemente, y se come poquito a poco las ganas. Las oportunidades se agotan.
Hoy quiero, necesito verme en otros rostros, en otros gestos, en otras manos.
Hoy amaneció gris pero sólo me reconocí en la luz rosada, en la aurora de mi alma.
Y la música suena. Y una solitaria lágrima discurre en mi rostro. Porque pesan las ausencias, las de esos seres que nos hicieron pasar momentos tan felices. A los que tanto hablas desde el silencio y la soledad.
Aunque nunca más me escuches, ni me leas, quería decirte me siento acariciar el ser por cada una de las notas de tu música.
Y si llueve, saldremos a la lluvia, y descubriremos en las gotas el secreto de la verdadera vida.
Marchons!
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