viernes, 21 de febrero de 2025

Aborrezco las excusas. Incluso las mías.


Por eso esa excusa por tu parte, repetida hasta la nausea...

No es que estuvieras ocupado.
Es que yo no te importaba.

Y ahora, con la perspectiva de los muchos años transcurridos, no quiero compartir ni un segundo de mi tiempo con alguien a quien no le importe.

No sé porqué tenemos miedo de decir que no, o de recibir un no. Porque nos importa tanto el rechazo.

Al final estamos con quien merecemos. Y yo estoy ahora mismo con una princesa muy dulce a mi lado, que me quiere mucho y yo a ella también.

Hubo un tiempo en que dedicar mi tiempo a cualquier personaje infecto me parecía buena idea. Pero, por fortuna, ya no es así.


Dreams

Desperté. Y el sueño naciente y creciente, murió de sobredosis de realidad.

Qué grande fue tu amor que me llega con tan sólo evocar su recuerdo.

Después de tantas vidas, ¿cómo es posible que te siga soñando?
Y en mi sueño,  me encuentro cumplido tu sueño de ojos bien abiertos.

Me recreo recordando ese roce discreto pero sin disimulo de las manos presintiendo la calidez de los cuerpos, el calor de un instante que se niega a extinguirse.

Esa larga espera, de nuestro beso con mariposas en las tripas.

Ese despertar tan dulce, sintiéndome viva tras haber visto de nuevo el rostro amado.

Y debe ser cosa de magia que mi mente aún construya fantasías contigo para mí deleite.

Cada vez que vuelvo a pensarte, me florecen las palabras en la punta de los dedos. Y ahora, en mi plena madurez, los sentimientos son distintos. Yo creo que mi mente te recrea no como anhelo sino como deleite. Ahora ya sin esperarlo, sin quererlo. Porque sí. Libremente.