La daga invisible del tiempo rasga el precioso cielo de otoño y acontece en él, el ocaso, pleno de jirones de belleza.
Y no se detiene en su la creación de su obra ni tan siquiera un instante.En cada ocasión es diferente.
A veces, nos esforzamos en la inútil tarea de intentar captar el momento en una instantánea, más el tiempo sin remedio se nos escapa como fina arena entre los dedos de las manos.
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